La Mediación Familiar, es un sistema creado para facilitar que las partes a través del dialogo decidan lo que es más conveniente en una situación de crisis de pareja.
El despacho MONSALVE & FOURNIER, está acreditado por la Junta de Castilla y León con el Nº125 para ejercer la Mediación Familiar.
A diferencia de lo que puede ser un Juicio, en la mediación el poder de decisión no recae en un tercero (Juez), sino que serán las partes las que decidan lo que ellas consideren.
Este proceso solo es posible si ambas partes de manera voluntaria lo quieren, pudiendo así mismo terminar en cualquier momento.
El mediador es un profesional cualificado, neutral e imparcial, que facilita un ambiente de comunicación para la gestión del conflicto por los interesados, permitiendo alcanzar un acuerdo.
La mediación familiar está regulada en la Ley 1/2006 de Castilla y León.
El mayor temor de las partes antes de decidirse a realizar una mediación es si lo tratado y hablado en ese foro puede ser utilizado en su contra en caso de no llegarse a un acuerdo.
La respuesta es que por parte del mediador, lo allí manifestado, incluso los documentos que se le puedan haber aportado, no pueden ser luego utilizados por ninguna de las partes en un procedimiento judicial si la mediación termina sin acuerdo.
Es decir, el mediador tiene el deber de confidencialidad de todo lo tratado en las sesiones por las partes, por lo que primero no podrá ser citado como testigo para declarar, y si lo fuese tiene el deber de no revelar nada de que las partes le han dicho en el ejercicio de su profesión como mediador.
Lo mismo podemos decir respecto de los documentos que las partes le puedan haber entregado, no estará obligado a aportarlas al procedimiento pues le han sido confiados dentro de la mediación.